10/03/2008

La Kenshiada

¡Canta, oh Musa, la cólera de Kenshin! Canta de cómo una niña estúpida maleante de menos de quince años pretende arruinarle la existencia y está a punto de conseguirlo. Y canta de cómo no consiguió ni formar parte de una historia decente como La Iliada o La Odiasea y terminó en una copia chafa de la Eneida y eso es humillante porque detesta al copión de Virgilio.
Como creo que ya se notó, no se me dan los hexámetros. Así que ahí les va la versión porrúa en prosa.
Me gustaría decir que la cosa empezó hace un par de meses, pero creo que en realidad fue hace un par de años, cuando me vine a vivir al cuchitril en el que estoy. Escogí este sucio nido de ratas porque en aquella época me sentía basura y consideraba que debía estar con los de mi especie, ahora creo que ellos son ratas callejeras y yo soy sólo un ratoncito de laboratorio. Llegué literalmente sólo con mis cobijas y almohadas, y me las robaron, compré otras, y me las robaron. Poco después llegó el ya fallecido Steady, quien tenía que tener el agua a determinada temperatura y otra serie de cuidados especiales; un día llegué y se habían robado el calentador de la pecera, y como no quería que el pez de cuatrocientos pesos se muriera por semejante pendejada, bajé a hacérselas de a tos a los vagos de la esquina que yo estaba seguro de que eran los culpables. Se rieron y uno de plano sacó la 45 y me apuntó, supongo que esperaban que me orinara del susto, así que cuando le quité el arma y le puse una madriza de la que tengo la seguridad de que todavía se acuerda, me gané el respeto del barrio; me regresaron el calentador, las cobijas y no me volvieron a molestar... hasta ahora.
La hermana o prima o algo de uno de estos maleantes no tiene ni quince y también es una vaga; cuando regreso del trabajo al filo de la media noche la veo en la calle platicando con sus amigas las vagas. Hace como dos meses comencé a notar que me veían pasar y se reían, esas risitas estúpidas de niñas de secundaria. Yo creía que sólo se burlaban de mi y ya. Pero hace como un mes a la niña está le dio por interponerse en mi camino y hablarme, estupideces que ni escuchaba gracias a los audífonos. Hace dos días me invitó a su fiesta de quince ("¿al show de payasos y a romper la piñata? no, gracias"), ayer me declaró su amor ("hace mucho que dejé de jugar al papá y la mamá"), hoy llegué a mi casa y la chamaca esta estaba en mi cama ¡¡¡literalmente!!! Ni siquiera está tan buena, todavía no es cancha reglamentaria y me quiere jugar sucio; amenaza con decir que yo le hice cosas si no cedo a hacérselas, y dice que el hermano o primo o lo que sea la apoya (bonita venganza se aventó el desgraciado).
Y ahora entramos a la parte "eniadezca". No hubo caballo y no ardió Troya, debo admitir, pero no me hizo ninguna gracia que irrumpieran en mi casa para amenazarme, de hecho sí me encabronó (perdón por el verbo pero no hay otro) y una niña maleante estúpida encaprichada en este momento me parece motivo suficiente para lanzarme a la búsqueda de una nueva tierra donde fundar mi imperio.
Ya tenía tiempo considerándolo pero ahora es un hecho: habrá mudanza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los admiradores a veces pueden ser incómodos o molestos... pero no te levanta el animo ni un poquitin? jajaja

P.D. Ya descubri el problema.... no tenia cuenta y me acabo de registrar!

Besotes!