La Kenshiada. Canto II: porque te vas

¡Canta, otra vez, oh Musa, la cólera de Kenshin! Y esta vez canta de cómo tuvo que hacer una mudanza tempestiva a mitad de la noche.
Aún no había encontrado otro lugar barato para vivir, así que me había dedicado a evitar a la niña maleante. Pero hace un par de horas, cuando regresaba de otro laaaaaaaaargo día de trabajo, la encontré sentada afuera de la que fuera mi casa con todo y maletas. Cuando la ví yo estaba en el entrepiso y ella seguro no me había visto aún, por lo que consideré seriamente el sólo irme y volver más tarde u otro día, pero después pensé "igual va a seguir aquí cuándo se me ocurra regresar", así que respiré hondo y subí los escalones que faltaban. Resulta que se había peleado con todos en su casa , ya no quería saber nada de ellos y planeaba venirse a vivir conmigo -_-** ("¿cómo te explico que igual vives a dos puertas?"). Por un momento cruzó mi mente la idea de "hacerla entrar en razón", pero ésa clase de estúpida pérdida de tiempo no es propia de un Pesimista No-ortodoxo. Con todo mi cansancio y mal humor del momento decidí mostrar mi punto claro y directo. Respiré hondo, otra vez, tomé una de sus maletas: ¡y la arrojé por las escaleras!, repetí el procedimiento con las otras dos y después la empujé a ella -sin llegar a tirarla, no quería problemas con los de green peace y amemos a los animales- y le dije que le fuera llegando. En eso estaba cuando se apareció uno de los de su maleante familia... sí, puntos suspensivos... Pensé "a la chingada", y ya no hice nada, lo que se dice nada, el tipo me golpeó y no hice nada, insultó, amenzado y toda la parafernalia y no hice nada.
Cuando finalmente se fueron, entré en la casa, y entonces sí hice: hice las maletas, llamé a un amigo y fuí yo quien le llegó, y como sigo con el enfado estoy en su compu escribiendo esto.
No tengo casa, estoy de arrimado y no he dormido.